Luteranos invitan a comulgar a todos los cristianos divorciados
Iglesia del cerro Concepción promueve la iniciativa diciendo que "Dios les ama independiente si fallaron". Su pastor de 29 años cuenta los motivos y desde otras religiones comentan qué piensan acerca de la ruptura matrimonial.
La Iglesia Luterana de La Santa Cruz, ubicada en la calle Abtao 689 del cerro Concepción, ha extendido la siguiente invitación: que todo los cristianos divorciados "vengan a vivir su fe y a comulgar con nosotros", no importando las razones de su separación, convocatoria que incluso fue publicada en un aviso en un diario.
Miguel Ángel Núñez, ingeniero comercial y pastor ordenado el pasado 11 de junio, explica que la intención, más que sumar miembros en sus filas, es lograr que la gente se sienta aceptada. "Lo vemos más del punto positivo en donde la eucaristía y santa comunión no se le niega a nadie. Nuestra iglesia quiere ser un espacio de reencuentro, inclusivo, que acepte a la gente sin importar si tuvo alguna falla en su vida. Así que más que atraer a las personas, queremos que la gente sienta que hay un lugar y que Dios les ama independiente si falló o no", señala el joven de 29 años, oriundo de Casablanca.
La iniciativa, que fue impulsada porque varios de los adeptos se encontraban en esta situación, ha sido promovida entre los luteranos porque ellos ven al matrimonio como una bendición. "Como queremos construir nuestra reflexión y prédica desde el amor, es decir, como un espacio de amor y no de crítica, hemos hecho matrimonios de segundas nupcias porque nosotros como iglesia no creemos que el matrimonio sea un sacramento, sino que una bendición que le muestra a las personas que Dios les da una nueva oportunidad", afirma el pastor que además tiene una polola reportera.
Raúl Gutiérrez, periodista retirado y miembro divorciado, declara que la experiencia ha sido gratificante porque se pudo casar por segunda vez. "Hay muchos católicos que se han divorciado porque desgraciadamente han fracasado en sus matrimonios y que luego, con el tiempo, han tenido la bendición de encontrar a otra persona con la cual se han puesto a vivir. El Papa Francisco ha tenido la buena voluntad por buscar una solución al problema, pero aún así las personas no pueden comulgar y se sienten excluídas. Nosotros lo podemos hacer naturalmente, después de arrepentirnos de los pecados que se han cometido, porque cuando un matrimonio fracasa, casi siempre es por culpa de las dos partes", manifiesta.
Valoran la familia
Raúl sostiene que como su iglesia cree en la confesión personal, sólo basta que la persona diga en qué se equivocó para tener acceso a la eucaristía bajo las especies de pan y vino. "Las personas separadas vienen y se les explica el significado de la eucaristía en sus vidas. Entonces, las personas de nuestra iglesia no tienen ninguna restricción para que todas las personas puedan comulgar. De ahora en adelante vamos a acoger a todos los divorciados y sin decirles nada", aseguró.
Sin embargo, tanto el pastor como el creyente garantizan que proteger a la familia es lo más importante. "Lo ideal es que las personas puedan salvar su matrimonio y yo, que tengo mucha experiencia en la materia, debo decir que muchos matrimonios se pueden salvar si es que hay buena voluntad. Si supieran los costos que tiene la ruptura matrimonial serían mucho más cuidadosos. Por eso también le damos mucha importancia a las familias y los sábados se realiza una preparación especial para quienes desen casarse nuevamente", señaló Raúl Gutiérrez.
"NO es NOVEDOSO"
¿Y qué dice la Iglesia Católica al respecto? El cura Pedro Nahuelcura, párroco de la iglesia Corazón de María de Valparaíso, indica que en su templo también se acoge a los divorciados y se les da la bendición; sin embargo, no reciben el sacramento.
"No es nada novedoso para nosotros porque la iglesia lo hace durante mucho tiempo con acompañamiento a la familia. Todos los domingos, a las 12.30 horas, vienen familias en situación de que pueden o no comulgar y de igual manera reciben la bendición de Dios. Ellos participan de la misma Santa Misa, algunos incluso leen la Palabra y en vez de comulgar sacramentalmente, hacen la comunión espiritual y comulgan con los brazos cruzados como signo que por esta vez no pueden recibir el sacramento eucarístico pero sí el acompañamiento y la bendición", precisó.
El padre Nahuelcura, que además es hijo ilustre de la ciudad, recalca que la iglesia se está adaptando a las nuevas generaciones. "Uno nota que en la Primera Comunión la mayoría de los que vienen acá son hijos de padres separados, entonces hay que adaptar nuevos métodos y buscar nuevas fórmulas porque uno percibe que hay un despertar espiritual en la vida de la gente. El Papa Francisco I nos abrió las puertas para que todos los procesos que están metidos en los tribunales canónicos puedan ser más expeditos y eso ha atraído más gente a la iglesia", declaró.
De hecho, el párroco asume que tienen un programa específico para los separados.
"Tenemos un programa de catequesis especial de adulto que tiene métodos y sistemas distintos. Algunos se acercan para tener el sacramento de confirmación, sanar de raíz asuntos matrimoniales pendientes y no es la única parroquia que lo hace. También La Matriz, la parroquia de Viña, Reñaca y la de Quillota. Es que hay una preocupación pastoral buscando nuevos métodos. Nosotros como parroquia tenemos gente en esta misma situación y son parte del consejo pastoral, opinan, tienen derecho a voz y voto y en muchos casos nos asesoran como cualquier laico", apuntó.
Por último, el religioso hizo un alcance. "No hay que confundir la pena de excomunión que es distinta y se da cuando se comete un crimen horroroso, se atenta contra la vida o se reniega contra la fe cristiana, con los que por situaciones particulares o familiares no pueden comulgar. Ahí uno los ayuda porque el matrimonio es sagrado, es sacramental, pero se trata de ver, en la medida de lo posible, cómo se puede obtener una sanación de raíz", afirmó.
Otros credos
Desde la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, más conocida como la "Iglesia Mormona" en Chile, declararon que conforme al discurso del Elder Dallin H. Oaks, Apóstol y líder mundial de su comunidad, "un buen matrimonio no requiere un hombre o una mujer perfectos; sólo un hombre y una mujer dispuestos a esforzarse juntos por alcanzar la perfección".
No obstante, pese a que "en los templos del Señor las parejas se casan por toda la eternidad", "el Señor actualmente no hace valer las consecuencias de la norma celestial" y permite que "las personas divorciadas se vuelvan a casar sin la mancha de inmoralidad especificada en la ley superior".
Sentado esto, Dallin recomienda que los casados que deseen separarse lo mediten encarecidamente por los hijos, "ya que el divorcio separa los intereses de los hijos de los de los padres y los hijos son las primeras víctimas". Por lo mismo, "los cónyuges santos de los últimos días deben hacer todo lo que esté en sus manos para salvar su matrimonio".
Por su parte, la Iglesia Evangélica en Chile, aseguró que el principio de su postura está basada en las Escrituras.
"La Biblia da el modelo para una familia ¿y cómo lo sabemos? por lo que dice San Marcos 10: 6 al 9; que el matrimonio no fue creado por los hombres sino por Dios, ni tampoco es una institución social que evolucionó gradualmente. La Palabra de Dios dice en Génesis 2:22 al 24 que Dios juntó al hombre y a la mujer para que fuesen una sola carne. Cuando las crisis matrimoniales ponen en riesgo a la familia, la solución es Jesucristo, volver a Dios y a su Palabra", agrega.
Ahora, en el caso de que las personas se quieran separar, los partidarios de la línea Pentecostal afirman: "En 1 Corintios 7:10 al 11 se da la opción de tomar la opción de separarse en crisis extremas, pero el Sagrado Escritor claramente dice quédese sin casar o reconcíliese (...) Cuando no se respeta el pacto matrimonial y ambos o uno vuelve a casarse, la Biblia dice en San Marcos 10:11 al 12 que están en adulterio y el adulterio es un pecado que los que lo practican tendrán su lugar de castigo en la eternidad según Apocalipsis 21:8".Juzgue usted.