Es uno de los proyectos estrella del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal) perteneciente a la Universidad Técnica Federico Santa María. Y consiste en la detección de partículas sub atómicas, como la detección del gas noble radón con un instrumento y así se podrían predecir movimientos bajo la tierra como terremotos y temblores.
El profesor Sergey Kuleshov, es el capo de ésta hipótesis y además es quien encabeza la investigación que viene siendo estudiada a partir de los años 70, según el académico Hayk Hakobyan, quien explica que "en la vida cotidiana siempre está presente el gas radón que es noble y radioactivo (sin color ni olor), que se produce bajo la corteza de la tierra. Y si tiene espacio para salir a la superficie lo hará, por ejemplo, cuanso se producen movimientos como temblores y terremotos".
¿cómo funciona?
El académico David Kouyoumdjian, explica que el medidor que aún está siendo perfeccionado por el equipo de trabajo, "tiene forma de cilindro y hartas plaquitas muy pequeñas que están hechas de plásticos centellantes, y cuando sale el radón a la atmósfera y se desintegra, emite otras partículas sub atómicas como la radiación alfa, que es captada por los plásticos centellantes que emiten luz hacia los extremos del detector, donde hay unos fotomultiplicadores que los convierte en una señal eléctrica que se puede medir".
Por lo tanto, los detectores tendrían que estar instalados en varios puntos a lo largo del país para ver qué tanto varía, dependiendo de las zonas, porque no en todos lados sale la misma cantidad de radón, ya que todas las superficies de suelo tienen distintas características.
"Una vez que el medidor capta el radón, nosotros medimos y analizamos los datos con un sistema de adquisición" concluye el académico de la USM.
La gracia de los medidores es que tienen un bajo costo de producción. J