Boletos que son tesoros para los 'boleccionistas'
Una tarde de 1998, Eduardo Peñailillo tomó una micro en Santiago y decidió que empezaría a coleccionar los boletos. Lo hizo por dos razones: porque era económico y podía recoger algunos de la calle y porque le parecían bastante interesantes los diseños. Así se mantuvo por varios años, hasta que en la capital se empezó a implementar el sistema de la tarjeta Bip! y los boletos poco a poco comenzaron a desaparecer. Con este panorama, todos creyeron que la colección de Eduardo estaba a punto de terminar, pero como el joven también pasaba gran parte de su tiempo en Valparaíso, la cosecha simplemente se amplió con los buses de acá. Hoy tiene más de 10 mil boletos reunidos.
"Yo comencé a coleccionar boletos cuando era estudiante de básica. En ese entonces Santiago estaba lleno de empresas que cada una daba su boleto y como era algo gratis, yo creo que eso también ha motivado a muchos coleccionistas, ya que es muy fácil iniciar una colección de boletos. Mis familiares y amigos me iban trayendo y cuando vieron que la cosa iba más en serio. Fui un coleccionista solitario hasta el 2005, cuando armé un Fotolog para difundir mi colección", recuerda contento.
En efecto, ese Fotolog le ayudó a tomar contacto con otros coleccionistas que son conocidos como boleccionistas y que al igual que él, también tenían una colección dependiendo de la ciudad de residencia.
"Hasta el día de hoy mantengo el contacto con muchos de ellos para ir ampliando mi colección a niveles que jamás pensé; porque con los años te vas dando cuenta que es muy difícil para alguien en particular conseguir todos los boletos que van apareciendo. Afortunadamente los 'boleccionistas' solemos ser bastante solidarios y buenos para el intercambio y facilitar a otros el material que no tienen y eso crea un espíritu de camaradería muy especial", enfatiza.
Juntas nacionales
Como cada vez eran más los boleccionistas, los interesados empezaron a hacer juntas para intercambiar boletos e incluso venderlos si era necesario. "Se van pasando los repetidos, se hacen lotes, se intercambian y a veces en juntas presenciales que son cada mes de agosto desde hace 7 u 8 años, la Agrupación de Boleccionistas en Santiago hace un encuentro nacional, y hasta hace un par de años se hacían frecuentes encuentros de coleccionistas de Santiago y en Valparaíso en la Plaza O'Higgins. La otra forma es por correo", explica.
Eduardo indica que como boleccionistas obviamente le dan mayor valor a aquellos boletos que son antiguos o escasos. "Los que tienen alguna copia los venden, de repente también hay otros que consiguen boletos recientes, pero de empresas pequeñas o de localidades lejanas y los venden. Yo no vendo y trato de no comprar, pero a veces no queda otra. También hay algunos anticuarios de la feria de La Merced o de la calle Uruguay que venden boletos (...) Un boleto de circulación reciente que no sea de alguna empresa rara sale entre $50 y $100, pero boletos de los años '20, '30, ya hablamos de cifras de 5 dígitos", apunta.
Así también, el joven declara que con el tiempo los boleccionistas tienen sus boletos preferidos. "Sin duda la serie de boletos más interesante que circuló en Valparaíso fue la serie de animales y paisajes de Buses Barón, que circuló a fines de los '90 y que fácilmente eran 200 boletos, si es que no más. De los actuales los Viña Bus han sido una locura (los del concurso y sus sucesores) y ahora los de la Copa América que dan en Valparaíso, Quillota y otras ciudades, que nos tienen a todos de cabeza", destaca.
"Es terapéutico"
Para Eduardo, ser boleccionista "es una pasión y también algo terapéutico porque siempre hay algo qué hacer y boletos qué encontrar. También es transversal porque muchos coleccionistas son jubilados, pero también hay hartos jóvenes. Yo tengo 27 años y colecciono de los 11 años". Eso sí, admite que le cuesta ser ordenado. "Imprimo un formato en hojas donde voy encajando los boletos y luego pongo cada hoja en una funda, los voy metiendo en carpetas por región y ordenando por empresa. Es muy raro que un coleccionista tenga todos sus boletos ordenados y en eso los jubilados tienen ventaja, pero sólo porque pueden dedicar más tiempo a ordenar", cierra. J