Los fuegos artificiales son un clásico de Año Nuevo. Pero las mascotas de la casa y sobre todo los animales que viven en la calle son los que más sufren por los fuertes ruidos y el ambiente que se vive. Es cosa de recordar cómo durante las celebraciones del año pasado, varios vecinos denunciaron que en el borde costero entre Concón y Valparaíso, aparecieron decenas de perros y gatos atropellados que por el susto huían en diferentes direcciones.
Por esta razón, Gonzalo Chávez, jefe de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Santo Tomás, entrega algunos consejos para que desde ya comience a preparar a sus regalones. "Lo primero es diferenciar si el animal presenta una fobia a los ruidos fuertes cuando están los fuegos artificiales o si es sólo miedo. La diferencia es que cuando se trata de fobia y ellos entran en un estado de pánico, el perro responde de manera inadecuada evitando el estímulo de los fuegos a través del escape o incluso poniéndose agresivo", explicó.
Si es el caso de su mascota, el especialista aconseja recordar cómo se comportó durante las fiestas pasadas. "Ese comportamiento histórico es un dato fundamental para la familia, ya que si consideran que el perrito o gatito ha tenido un temor evidente, no sólo a la explosión sino también al contexto, podrán tomar mejores medidas", apunta Chávez quien además es presidente de la "Asociación de Teología Clínica Veterinaria de Chile".
Lo anterior, porque es muy común que al ver al animal asustado, la persona actúe sobrecogiéndolo, intentando que se le pase el susto. "Si el perrito presenta temor escondiéndose, gimiendo o colocándose agresivo, la familia intenta darle señales y palabras de calma, pero el resultado que se obtiene de eso es que tenga más temor. Esto pasa por un sistema de aprendizaje que es simple: si yo hago algo y algo bueno sucede, entonces lo sigo haciendo. Así cuando el perrito tiene miedo y su amo lo contiene, sigue manifestando temor", especificó el médico veterinario.
"zona segura"
Según el experto, el temor se va "ofreciendo una zona segura" que el animal pueda reconocer el día de los fuegos. "La zona segura puede ser una habitación, cocina, dentro de un clóset, en fin, un lugar que la mascota previamente habitúe y que sepa que en ese lugar está bien, seguro, le pasan cosas buenas, se le hace cariño, se juega con él y se le dan cosas ricas. Por lo tanto, en Año Nuevo le permito ingresar libremente antes del abrazo de medianoche, para que ahí permanezca escondido sin que nadie lo moleste. No tengo que obligarlo a entrar ni a salir", declaró Gonzalo Chávez. J