El cambio de vida de los San Bernardo que fueron abandonados en la ruta 68
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Para llegar a su trabajo, Luis Figueroa tiene que viajar todos los días en un vehículo desde Olmué a Casablanca. Una noche, cuando iba a cumplir su turno de guardia, se encontró con que había dos perritos de raza San Bernardo abandonados en la Ruta 68.
Dolido por la situación, decidió bajarse del auto para ver cómo estaban. 'La hembra estaba en medio de la pista y el macho estaba amarrado fuertemente a un eucalipto. Lo solté y luego los grabé a ambos para subir el video a Facebook y difundir el problema', relata Figueroa.
Durante su turno nocturno, el trabajador no dejaba de pensar en los canes y confió en que nada malo les pasara.
'Apenas fueron las siete de la mañana para ir a casa, miré si todavía estaban y los encontré en la misma situación: deambulando sin dueño. Por eso, altiro llamé a Publiguías para que me ayudaran a dar con grupos animalistas, ya que yo no tenía cómo traérmelos', explica el joven.
Gracias a esas gestiones, al día siguiente los perritos fueron rescatados.
'Fue un grupo de animalistas a verlos y se los llevaron inmediatamente. Luego los llevaron a un veterinario que apenas los vio dijo que estaban súper maltratados. Los pobres estaban en avanzado estado de desnutrición, pero por lo menos ya no andaban expuestos en la calle corriendo el riesgo de ser atropellados', manifestó Figueroa.
Tras recibir atención médica y alimentación, los animalistas se pusieron en campaña para encontrarles un hogar. Sin embargo, por su gran tamaño la labor fue bien difícil, hasta que una quilpueína llamada María Fernanda Muñoz se ofreció a tenerlos en su casa por un tiempo.
'La verdad es que me dio mucha pena cómo estaban y cómo los abandonaron, así que por eso me ofrecí a cuidarlos por unas semanas hasta que les encontraran un hogar', dice María Fernanda, desde el paradero 29 de Quilpué.
El asunto es que nadie se interesó de veras y a medida que pasaron los días, la familia comenzó a encariñarse con los San Bernardo.
'Los llamamos Rita y León y al final nos quedamos con ellos. La razón principal es porque son extremadamente cariñosos y tiernos y la segunda, porque están viejitos y nadie iba a querer hacerse cargo de ellos. Más que nada porque no les va a volver a crecer el pelo en algunas partes de su cuerpo y porque los remedios de sus tratamientos son algo caros. Pero estamos contentos con ellos, son unos perritos muy amorosos', expresa Muñoz.
Eso sí, agradecería que alguien pudiera echarle una mano con medicamentos o alimentos. J